Durante nuestros primeros 11 años, desarrollamos la base de nuestros patrones mentales que regulan nuestro comportamiento como adultos. Por lo general se manifiestan en las decisiones que tomamos, motivados por nuestras emociones, que en muchos casos, opacan nuestra lógica para decidir. El miedo, la vergüenza, la culpa y el rencor, entre otras, nos llevan a tomar decisiones ilógicas que no nos favorecen para alcanzar nuestras metas. La vía para volvernos más eficientes es encontrar la fuente de tales emociones y resolver de fondo las interpretaciones que hicimos de nuestras experiencias durante la infancia.

Baltazar nos comparte la capitalización de su aprendizaje al reflexionar sobre sus experiencias y descubrimientos personales. Expone el efecto de los traumas de la infancia en nuestra vida adulta y cómo funciona la proyección psicológica. Nos habla sobre las emociones y su relación con nuestra inteligencia, y cómo afectan en nuestra eficiencia. Nos propone un método de meditación para conectar con nuestro cuerpo, órganos y células como medio de sanación. Plantea una forma clara para resolver incidentes del pasado que nos impiden actuar en el presente con paz y felicidad. Se trata de darnos cuenta de las historias que nos contamos para vivir en la realidad.

Si cuestionamos nuestro comportamiento y esclarecemos las sombras de nuestro pasado inconsciente, mejoraremos nuestro plan de vida. Seremos más productivos. Viviremos con mayor libertad.

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